Diccionario del trabajo social

tramo. Pero, otra vez, durante unos años, el diccionario fue cre­ ciendo lentamente... Y por fin en 1974, gracias a las gestiones de Alieda Verhoeven y la ayuda prestada por la Bisschoppelijke Vas- tenaktie Nederland* se pudo contar con los medios de llevar a tér­ mino la obra. He deseado muy vivamente constituir un equipo para preparar el diccionario; la índole del trabajo lo exige y es demasiado esfuer­ zo para una sola persona. Pero en este empeño me pasó lo mis­ mo que con el proyecto de escribir una historia del servicio social latinoamericano; no hubo respuesta entre los profesionales de ese campo; a pesar de ello, me lancé a la tarea, aunque la empresa fuese superior a mis fuerzas. Como todo lo que escribo, y muy particularmente en su prime­ ra edición, estimo que este Diccionario es todavía un borrador. Para subsanar omisiones, defectos, imprecisiones, errores e insu­ ficiencias, pocas cosas pueden ayudar tanto como las observacio­ nes y críticas de los que hagan uso de él. Y eso espero de los ami­ gos lectores. Finalidades y p ropósitos de es ta obra Aun cuando el título del libro sea suficientemente claro y ex­ presivo en sí mismo para dar cuenta de su contenido, quizá la ex­ plicación de su génesis, de los propósitos con que fue escrito y de lo que el autor sabe que le falta pueda ayudar a un uso más ade­ cuado y productivo del mismo. Decía Julio Cáceres que un diccionario es un “libro que nos en­ seña a comprender lo escrito y entender lo escuchado” . Éste es el objetivo principal que me he propuesto en esta obra en relación con los trabajadores sociales (entendido el término en sentido am­ plio). muchos de los cuales no han recibido formación sistemáti­ ca, que este diccionario no pretende, ni puede proporcionar, pe- * Campaña Episcopal de Cuaresma Holandesa.

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