Diccionario del trabajo social
funcionalismo Icont.l sistema s(KÍal normativamente integra do. Tanto en la sociología como en la an tropología funcionalista, los conceptos de "lunción" y de "sistema” son funda mentales. Todo sistema social — se dice desde una perspectiva funcionalista— tiene ciertas necesidades y ciertos requi sitos que deben ser satisfechos en alguna medida para que la sociedad funcione. Si una sociedad quiere sobrevivir, debe sa tisfacer ciertas "necesidades” (Durk- heim, Malinowski). o “condiciones nece sarias para la exi.stencia" (Radcliffe- Brown) o "imperativos funcionales" (Parsons). Kn consecuencia, toda institu ción debe ser explicada en términos de su funcionalidad respecto de la satisfacción de tales necesidades, y toda acción s<x'ial debe orientarse al logro de esa funciona lidad mediante la eliminación de desajus tes de los elementos que fonuan parte del todo. Ahora bien, estas funciones pueden ser — como explica Merton— manifies tas o latentes, en el sentido de que no to das las "partes” de un todo cumplen las funciones que afirman cumplir, sino otras no buscadas, ni reconocidas. Actualmente, se considera la existen cia de dos importantes perspectivas fun- cionalistas, que se distinguen por el ta maño de la unidad de análisis elegida co mo tipo básico de sistema: el macrofun- cionalisnio y el microfuncionalismo; el primero toma a las sociedades globales como unidades de análisis, mientras que el segundo analiza unidades más peque ñas, frecuentemente el grupo. A nivel de macrofuncionalismo, para la comprensión de la realidad social, la distinción hecha por Parsons de los tres sistemas — un sistema scx'ial. un sistema de personalidad y un sistema cultural— ha sido ampliamente aceptada y utilizada por los funcionalistas. Según el autor ci tado. todos los sistemas siK'iales. para ga rantizar su existencia, deben resolver cuatro problemas básicos: adaptación, logro de metas, integración y. finalmente, alivio de tensiones-mantenimiento de pa trones. Esta con iente sociológica ha sido el supuesto o el marco teórico (según los casos) del “social work" norteamericano y de buena parte del servicio sixial lati noamericano. y aun de cierto trabajo so cial reconceptual izado. De acuerdo con esta perspectiva teórica, el trabajo swial y los servicios scK’iales son mecanismos de integración. Como tales instrumentos, procuran tanto la integración sistemática (el logro de la armonía entre las institu ciones dentro del orden siK'ial vigente), como la integración social (creación y ar monía entre grupos, apaciguamiento de los intereses contrapuestos y reducción del conflicto social). De ahí deriva que cada parte del siste ma es efica/ en la medida en que contri buye al funcionamiento del mismo. Cuan do la "funcii'in es”, se traduce por los fun cionalistas como la "función debiera ser”; esto conduce a una concepción estática y conservadora de la vida social, aceptando tanto la estructura como los \alores que dimanan de ella como supuestos int(x:a- bles. La sociedad se concibe como un re sultado ya dado, no como un proceso (la reacción contra el historicismo del siglo X IX terminó haciendo del funcionalismo una fomiulación a-histórica), que asume de entrada la estabilidad de un sistema y excluye como no válido todo análisis que tienda a rebasarlo. En consecuencia, todo lo que no se "acomoda", no se “ajusta”, no se "adap ta" a lo ya existente, constituye una anor malidad, una inadaptación, una manifes tación patológica. Tal supuesto en la con cepción y la práctica del trabajo social y
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