Diccionario del trabajo social

necesidades humanas ■nioliberalismo naturaleza, deben ser satisfechas a inicia­ tiva de los organismos públicos mediante la realización de una serie de tareas y de actividades. NKCE.SII)AI)KS HUMANAS. Este tér mino connota los requerimientos fisioló­ gicos y psicológicos mínimos sin cuya satisfacción los individuos o las socieda­ des no pueden sobrevivir. NECES IDAD ES SENT IDAS. Traduc ción literal del inglés /i?/r nccds. De uso corriente entre los profes onales del tra­ bajo social, se utiliza para de.signar las necesidades reconocidas por el mismo grupo o comunidad, es decir, las necesi­ dades de las cuales se tiene conciencia de que lo son. Uno de los principios fundamentales de la práctica del trabajo social afirma que toda acción debe iniciarse a partir de las necesidades sentidas. Esta conceptualización de la necesi­ dad sentida simplifica en exceso un pro­ ceso mucho más complejo e indefinido. Presupone un consenso dentro de la co­ munidad acerca de lo que son las necesi­ dades de la misma; esto no suele ser así. Se desconoce con frecuencia que lo que aparece como necesidad sentida es la ex­ presión de los dirigentes de la comuni­ dad. y. en otros casos, es la expresión del infantilismo en que programas paterna­ listas o asistenciales han mantenido a las comunidades. Por otra parte, las necesi­ dades sentidas en una comunidad son producto de su cultura y su situación eco­ nómica. N ECESITADO . Aquel que está en esta­ do de necesidad, vale decir, que carece de lo necesario y precisa el auxilio o la ayu­ da de otros para satisfacer sus requeri­ mientos mínimos. N E G L IG E N C IA . Desidia, dejadez, abandono, imprevisión, falta de aplica­ ción. N E O L IB E R A L ISM O . El neoliberalis- mo (que algunos proponen denominar neoconservadurismo) se ha transformado en el modelo económico predominante en casi lodo el ntundo. desde finales de la década del ochenta. Surgido como co­ rriente de pensamiento y como propuesta de reconstrucción de la Europa arrasada de postguerra, los liberales doctrinales encabezados por Friedrich von Hayek no tuvieron ninguna inlluencia significativa en la política económica y social de ese período, ya que Europa occidental se mo­ vió en una alternancia de gobiernos so- cialdemócratas y demócratas cristianos. Reaparece en la década del setenta, bajo la formulación monetarista de la escuela de Chicago, pero hasta la segunda mitad de la década del ochenta no alcanza ex­ presión en las políticas públicas. Su ver­ sión más acabada ha sido el “thatcheris- mo". hasta el punto de que las “recetas de Maggie" han sido las que dieron tono y estilo a la política económica de los años ochenta y noventa de fines de este siglo. La racionalidad económica del neoli- beralismo. inscrita en la lógica modcrni- zadora de la sociedad industrial, se apoya en una serie de principios; helos aquí re­ sumidamente expresados: • La libertad de mercado es el ftnida- mento de la lógica y del funcionamiento de la economía, que se regula por sí mis­ ma. • Hay que crear riqueza, pues el cre­ cimiento económico va penetrando gota a gota hasta beneficiar a todos los secto­ res de la población, aun los de menores ingresos. Primero hay que hacer que la torta sea más grande; sólo después hay que repartir. • Achicamiento del Estado, devalua­ ción de lo público (entendido como for­ ma de gestionar servicios por parte del Estado) y priorización de lo privado (que

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