Diccionario del trabajo social
pretende llenar ese vacío, aunque sólo sea parcialmente. Recor demos que una de las necesidades más sentidas, en lo que hace a este campo profesional, es la de contar con material didáctico y de consulta autóctono, esto es, elaborado desde la perspectiva de los problemas latinoamericanos y que responda a la problemática de nuestros paises. Se estima que a principios de 1974 —al momento de redactar la versión para la imprenta de este Diccionario— había en Amé rica latina, unos 24.000 profesionales de servicio social y más de 200.000 personas que realizan tareas que pueden denominarse como trabajo social (en el sentido amplio de la palabra). En Espa ña habría unos 8.000 profesionales en este campo. ¿Cuál ha sido la historia de este Diccionario? Hacia 1967 intenté emprender esta empresa —escribir un Diccionario del trabajo social— sabiendo que una tarea de esta índole es una labor de aliento que exige un esfuerzo paciente, sis temático y constante dentro de un período más o menos prolon gado. Lo presumía al comenzar y lo sé muy bien al terminar; reu nir información, leer libros y diccionarios, escribir, corregir, con frontar, consultar, estar atento a los términos que usan los profe sionales..., todo esto resulta frecuentemente monótono. Este libro exigió un trabajo intenso, agotador, y hasta llegué a sentir que me agobiaba. La obra se inició con la tarea de recoger todo el vocabulario empleado por asistentes y trabajadores sociales en América lati na, con la pretensión de seleccionar los 500 términos más utiliza dos, tanto los específicos de la profesión como de las disciplinas conexas. Realizado el primer esbozo, el trabajo quedó truncado por al gunos años, hasta que, gracias al apoyo moral y financiero que obtuve de mi amigo Stefan Karlstetter, pude avanzar un primer O
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