Sistemas operativos modernos

La solución usual a todos estos problemas es almacenar la información en discos y otros medios externos en unidades llamadas archivos. Así, los procesos podrán leerlos y escribir nuevos archivos si es necesario. La información almacenada en archivos debe ser persistente; es decir, no debe verse afectada por la creación y terminación de procesos. Un archivo sólo de­ be desaparecer si su dueño lo elimina en forma explícita. El sistema operativo administra los archivos. La forma en que se estructuran, se nombran, se tiene acceso a ellos, se usan, se protegen y se implementan son temas importantes del dise­ ño de sistemas operativos. En general, la parte del sistema operativo que se ocupa de los archi­ vos se denomina sistema de archivos y es el tema de este capítulo. Desde el punto de vista de los usuarios, el aspecto más importante de un sistema de archivos es cómo se percibe; es decir, de qué se constituye un archivo, cómo se nombran y protegen los ar­ chivos, qué operaciones pueden ejecutarse con archivos, etc. Los pormenores de si se usan lis­ tas enlazadas o mapas de bits para llevar el control del almacenamiento libre y de cuántos sectores hay en un bloque lógico son de menor interés, aunque tienen gran importancia para los diseña­ dores del sistema de archivos. Por este motivo, hemos estructurado el capítulo en varias seccio­ nes. Las primeras dos se ocupan de la manera en que el usuario interactúa con los archivos y directorios, respectivamente. Luego viene una explicación detallada de la implementación del sis­ tema de archivos. Por último, presentaremos algunos ejemplos de sistemas de archivos reales. 6.1 ARCHIVOS En las páginas que siguen examinaremos los archivos desde la perspectiva del usuario; es de­ cir, cómo se usan y qué propiedades tienen. 6.1.1 Nombres de archivo Los archivos son un mecanismo de abstracción que permite almacenar información en el disco y leerla después. Esto debe hacerse de tal modo que el usuario no tenga que enterarse de los detalles de cómo y dónde está almacenada la información, y de cómo funcionan en realidad los discos. Tal vez la característica más importante de cualquier mecanismo de abstracción es la for­ ma en que se da nombre a los objetos que se manejan, así que iniciaremos nuestro estudio de los sistemas de archivos con el tema de los nombres de archivo. Cuando un proceso crea un ar­ chivo, le asigna un nombre. Cuando el proceso termina, el archivo sigue existiendo y otros pro­ gramas pueden tener acceso a él utilizando su nombre. Las reglas exactas para nombrar archivos varían un tanto de un sistema a otro, pero todos los sistemas operativos actuales permiten usar cadenas de una a ocho letras como nombres de archivo válidos. Así, andrea, bruno y claudia son posibles nombres de archivo. Es común que se permitan también dígitos y caracteres especiales, de modo que nombres como 2 , urgente! y Fig.2-14 también son válidos en muchos casos. Muchos sistemas de archivos reconocen nom­ bres de hasta 255 caracteres de longitud. Algunos sistemas de archivos distinguen entre mayúsculas y minúsculas, pero otros no. UNIX pertenece a la primera categoría; MS-DOS, a la segunda. Por tanto, en un sistema UNIX

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