Sistemas operativos modernos

Con esta colocación, se concatenan juegos de 24 cuadros y se escriben en el disco como un solo registro. También pueden leerse con una sola operación de lectura. Consideremos el instan­ te en que acaba de iniciar el flujo 24. Ese flujo necesitará el cuadro 0. El flujo 23, que inició cinco minutos antes, necesitará el cuadro 9000. El flujo 22 necesitará el cuadro 18,000, y así hasta llegar al flujo O que necesitará el cuadro 207,000. Colocando estos cuadros en forma consecutiva en una pista de disco, el servidor de vídeo puede alimentar los 24 flujos en orden inverso con un solo desplazamiento del brazo del disco (al cuadro 0). Desde luego, los cuadros pueden invertirse en el disco si existe alguna razón para alimentar los flujos en orden ascendente. Una vez alimentado el último flujo, el brazo del disco puede pasar a la pista 2 co­ mo preparación para alimentar otra vez todos los flujos. Este esquema no requiere que todo el archivo sea contiguo, pero de todos modos obtiene un buen desempeño para varios flujos a la vez. Una estrategia de búfer simple es la de usar doble búfer. Mientras un búfer se está alimen­ tando a 24 flujos, otro se está cargando por adelantado. Cuando el búfer actual termina, los dos búferes se intercambian y el que recién se estaba usando para reproducción ahora se carga con una sola operación de disco. Una pregunta interesante es qué tan grande debe ser el búfer. Es evidente que debe conte­ ner 24 cuadros. Sin embargo, como el tamaño de los cuadros es variable, no es del todo trivial escoger un búfer del tamaño correcto. Hacer el búfer lo bastante grande como para contener 24 cuadros I sería exagerar, pero hacerlo lo bastante grande como para contener 24 cuadros pro­ medio sería vivir al filo del peligro. Por fortuna, para una película dada, se conoce con antelación la pista más grande (en el senfido de la figura 7-19), así que puede escogerse un búfer precisamente de ese tamaño. Sin embargo, podría darse el caso de que en la pista más larga haya, digamos, 16 cuadros I, y que en la pista que ocupa el segundo lugar en tamaño sólo haya nueve cuadros I. Podría ser más prudente escoger un búfer lo bastante grande para la segunda pista más grande. Esta decisión implica truncar la pista más grande, con lo que algunos flujos perderían un cuadro de la pe­ lícula. Para evitar una disconfinuidad, puede exhibirse otra vez el cuadro anterior. Nadie se da­ rá cuenta. Llevando más lejos esta estrategia, si la tercera pista más grande sólo fiene cuatro cuadros I, vale la pena usar un búfer con capacidad para cuatro cuadros I y 20 cuadros P. Quizá será aceptable introducir dos cuadros repetidos en algunos flujos dos veces durante la película. ¿Dónde termina esto? Es probable que con un tamaño de búfer lo bastante grande para 99% de los cuadros. Es evidente que aquí hay un equilibrio entre la memoria dedicada a búferes y la calidad de las películas exhibidas. Cabe señalar que cuantos más flujos simultáneos haya, me­ jores serán las estadísticas y más uniformes serán los conjuntos de cuadros. 7.6.4 Colocación de múltiples archivos en un solo disco Hasta aquí hemos examinado la colocación de una sola película. En un servidor de vídeo, por su­ puesto que habrá muchas películas. Si están dispersas al azar por todo el disco, se desperdiciará tiempo desplazando la cabeza del disco de una película a otra cuando diferentes clientes estén viendo películas disfintas al mismo tiempo.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjI4NDcx