Sistemas operativos modernos
Las investigaciones en el campo de los sistemas operativos también han dado pie a cambios drásticos en sistemas prácticos. Como mencionamos antes, los primeros sistemas de cómpu to comerciales eran sistemas por lotes, hasta que el MIT inventó el tiempo compartido interac tivo, a principios de la década de I960. Todas las computadoras se basaban en texto hasta que Doug Engelbart inventó el ratón y la interfaz gráfica de usuario, en el Stanford Research Insti tute, a fines de la década de 1960. ¿Quién sabe qué nos depara el futuro? En esta sección y en secciones comparables en todo el libro daremos un vistazo a algunas de las investigaciones sobre sistemas operativos que se han realizado durante los últimos cinco o 10 años, sólo para tener una idea de lo que podría haber en el horizonte. Esta introducción de ninguna manera es exhaustiva y se basa, en gran medida, en artículos que aparecen en las prin cipales publicaciones y en conferencias sobre investigación, lo que implica que sus ideas al me nos han sobrevivido a un riguroso proceso de revisión por parte de sus colegas antes de su publicación. Casi todos los artículos citados en las secciones de investigación han sido publi cados por la ACM, la IEEE Computer Society o USENIX, y los miembros (estudiantes) de es tas organizaciones pueden conseguirlos por Internet. Si el lector desea más información acerca de estas organizaciones y sus bibliotecas digitales, puede visitar A CM http://www.acm.org IE E E Computer Society http://www.computer.org U S E N IX http://www.usenix.org Casi todos los investigadores en el campo de los sistemas operativos aceptan que los sis temas operativos actuales son voluminosos, inflexibles, poco fiables, poco seguros y saturados de errores, algunos más que otros (no se dan nombres para proteger a los culpables). Por ello, se ha investigado en forma intensa la manera de construir sistemas flexibles y confiables. Una buena parte de las investigaciones se ocupa de sistemas de microkemel. Estos sistemas denen un kernel mínimo, así que existe una posibilidad razonable de que puedan ser fiables y sin erro res. También son flexibles porque gran parte del sistema operativo real se ejecuta como proce sos en modo de usuario, así que se pueden sustituir o adaptar con facilidad, quizá incluso durante la ejecución. Por lo regular, lo único que hace el microkemel es manejar la administra ción de recursos de bajo nivel y la transferencia de mensajes entre los procesos de usuario. La primera generación de microkernels, como Amoeba (Tanenbaum et al., 1990), Chorus (Rozier et al., 1988), Mach (Accetta et a i, 1986) y V (Cheriton, 1988), demostró que era po sible construir tales sistemas y lograr que funcionaran. La segunda generación está tratando de demostrar que no sólo pueden funcionar, sino que pueden alcanzar un alto rendimiento (Ford etaL, 1996; Hartig etal., 1997; Liedtke, 1995,1996; Rawson, 1997, y Zuberi etal., 1999). Con base en mediciones publicadas, parece ser que se ha alcanzado esa meta. Una buena parte de las investigaciones actuales sobre el kernel se concentra en construir sistemas operativos extensibles. Éstos son por lo regular sistemas de microkemel que pueden extenderse o adaptarse en algún sentido. Como ejemplos podemos citar Fluke (Ford et al., 1997), Paramecium (Van Doorn et al., 1995), SPIN (Bershad et a i, 1995b) y Vino (Seltzer et al., 1996). Algunos investigadores están buscando también la forma de extender sistemas exis
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