Técnicas del automóvil motores

Las presiones máximas y las condiciones térmicas a las que están sometidos los pistones de los motores Diesel determinan que en ellos sea necesario un espesor de la cabeza netamente superior al de los motores de gasolina, y mayores nervaduras para la unión de la cabeza a la falda. En ocasiones se recurre a fabricar los pistones de dos piezas, la cabeza de fundición y la falda de aluminio, unidas ambas por medio de tomillos. Examinando la Figura 4.19 vemos que a causa de la oblicuidad de la biela, el esftierzo que sobre el pistón ejercen los gases de la combustión, no se transmite íntegramente a ésta, sino que una parte somete al pistón a un empuje lateral contra la pared del cilindro, que produce un fuerte rozamiento entre ambos, lo que provoca un mayor desgaste en esta zona. En las carreras ascendentes, la biela transmite el empuje al pistón haciéndole subir, descomponiéndose este esftierzo en otros dos, uno de los cuales actúa en el sentido vertical ascendente, y el otro aplica al pistón contra la pared del cilin­ dro aumentando el rozamiento en esta zona. Comparando estas dos fases se deduce que durante la carrera motriz el empuje lateral es mayor, dado que la presión ejercida sobre el pistón es grande, mientras que en la carrera ascendente el empuje es menor. UU Figura 4.19 Debido a estos rozamientos, el desgaste de las paredes del cilindro es irregular, acentuándose más en el eje perpendicular al bulón. Para tratar de igualar las presiones laterales y el rozamien­ to del pistón, se recurre en la actualidad en algunos motores a desalinear los ejes de los cilindros con respecto al cigüeñal, o a desplazar ligeramente el bulón en el sentido conveniente, como muestra el detalle de la derecha en la figura. Con cualquiera de los sistemas se consigue dismi­ nuir el empuje lateral en las carreras motrices, aumentándolo en contrapartida en las ascenden­ tes, con lo que los esftierzos laterales resultan mejor repartidos. Como consecuencia del trabajo del pistón, tal como hemos detallado, y analizando el reparto de los esfuerzos transmitidos sobre la pared del cilindro, resulta que existen unas zonas de su falda que apenas están sometidas a rozamiento (las frontales al eje del bulón); por cuya causa, en algunos pistones se suprimen partes de estas zonas, como muestra la Figura 4.20.

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