Técnicas del automóvil motores

llenado del cilindro, que conlleva el mejor rendimiento posible del motor. Así, el llenado del cilindro depende directamente de los instantes de apertura y cierre de la válvula de admisión, y de la alzada de la misma, así como de la magnitud del cruce de válvulas. Los sistemas de distribución variable están diseñados de manera que pueda ser variado el diagrama de la distribución en función de las condiciones de marcha del motor, para adaptarlo de la manera más conveniente que permita mejorar el rendimiento del mismo. Algunos diseños recurren a las ventajas de la distribución variable, no para conseguir una mayor potencia, sino para lograr una mejor combustión, que conlleva una mejora del rendimiento y reducción de productos contaminantes. La Figura 5.44 muestra un diagrama de distribución convencional y otro rápido, donde pue­ den verse los diferentes tiempos de apertura de las válvulas, destacando el elevado “cruce” del árbol rápido, que mejora notablemente el barrido y llenado del cilindro en los altos regímenes, mientras que en los bajos propicia un mayor reciclado de gases quemados en el cilindro, con la consiguiente irregularidad de marcha en estas condiciones. En cualquier motor, resulta ideal disponer un sistema capaz de hacer que el motor funcione en altos regímenes con un diagrama como el que da un árbol rápido y en los bajos con el proporcionado por un árbol lento. ÁRBOL DE LEVAS RÁPIDO pms ARBOL DE LEVAS LENTO pms Figura 5.44 La tendencia actual de los constructores es conseguir motores de gran rendimiento en los regímenes medios, es decir, capaces de desarrollar el mayor par motor entre las 2.500 y 4.000 r.p.m., para lo cual disponen de grandes alzadas de válvula y árboles de levas más lentos, im­ plantados generalmente en la culata, accionando directamente las válvulas. Así pues, los sistemas de distribución variable controlan tanto los instantes de apertura y cie­ rre de la válvula de admisión, como la alzada de la misma. En el primer caso se actúa sobre el desfase del árbol de levas, adelantándolo en su giro, mientras que en el segundo se comanda el movimiento de la válvula controlando su alzada. En otros sistemas se actúa también sobre la válvula de escape. Atendiendo al mando de las válvulas, algunos fabricantes disponen un sistema de cuatro válvulas por cilindro, de las cuales, funcionan solamente dos (una de admisión y otra de escape) en los bajos regímenes, mientras que en altas revoluciones se activan las cuatro por medio de un sistema hidráulico comandado por una electroválvula de control, que a su vez es gobernada por la propia central electrónica de gestión del motor, que será descrita más adelante. La Figura 5.45 muestra esta disposición, consistente en el emplazamiento de un pistón hidr­ áulico I entre los balancines principal 2 y auxiliar 3, pertenecientes en unos casos, tanto a las válvulas de admisión, como a las de escape, mientras en otros solamente se dispone para las de admisión. Cuando el pistón hidráulico es activado por la presión del aceite que lega por el con­ ducto 4, enclava los dos balancines, haciendo que ambas válvulas de admisión o escape se ac­ cionen a la vez (ver detalles en el centro de la figura). Por el contrario, en los bajos regímenes, la citada electroválvula de control corta el paso al aceite y el pistón hidráulico retrocede, dejan­ do al balancín auxiliar desenclavado, con lo cual, solamente es accionada la válvula movida por el balancín principal.

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