Técnicas del automóvil motores

Se revisarán las zonas de acoplamiento de los distintos accesorios que se fijan al bloque, tra­ tando de localizar posibles deformaciones, golpes o grietas (Fig. 6.14), prestando especial aten­ ción a las zonas de acoplamiento del filtro de aceite 1, bomba de agua 2, bomba de aceite 3 y decantador 4. También se inspeccionará la galería principal de aceite del sistema de engrase, así como sus biftircaciones hacia los cojinetes de bancada y los apoyos del árbol de levas, ase­ gurándose que después de la limpieza no quedan en ellos restos de barros. Si fiiese preciso se limpiarán utilizando baquetas o varillas provistas de cepillos adecuados, soplándolos posterior­ mente con aire a presión. Figura 6.14 Los orificios roscados del bloque deben encontrarse en perfectas condiciones, sobre todo los de la cara superior A, correspondientes a la fijación de la culata. La suciedad en ellos no permite la entrada del tomillo hasta el fondo, lo que supone un apriete irregular de la culata, pues el tomillo tomará su par de apriete sin que llegue a aprisionar la culata la magnitud necesaria. Los restos líquidos de suciedad pueden ser extraídos con una jeringuilla. Si ftiese preciso se pasará en los orificios el macho de roscar adecuado. Especial atención debe prestarse al orificio C de subida de aceite hacia la culata, que debe estar perfectamente limpio. Deberán inspeccionarse cuidadosamente las superficies de asiento del bloque para tratar de descubrir cualquier grieta o rotura que hubiere, especialmente en el plano de apoyo de la culata, camisas de agua y apoyos de bancada. Cuando existan dudas en la detección de grietas, se pro­ cede a bañar la zona dudosa con petróleo y posteriormente con óxido de zinc disuelto en alcohol de madera. Con esta operación quedan señaladas las grietas con mayor claridad. Si las hubiere, deberá rechazarse el bloque motor, procediendo a montar uno nuevo. Las superficies de apoyo del bloque deben estar perfectamente lisas, sin señales de golpes, muescas o ralladuras. Las imperfecciones menores pueden ser eliminadas con lija muy fina im­ pregnada en aceite. Las mayores implican cambio de la pieza. Se verificará que la superficie de apoyo de la culata no presenta alabeo, que puede ser debido a deformaciones producidas por las a tas temperaturas que se originan en esta zona con el fian- cionamiento del motor. Este control puede ser efectuado empleando una regla que se colocará apoyada en la superficie, en distintas posiciones (Fig. 6.15). Mirando al trasluz, o con el empleo de láminas calibradas pueden detectarse los posibles alabeos. En caso de apreciar irregularida­ des que no puedan ser absorbidas por la junta de culata, debe procederse a una operación de rectificado (como más adelante se verá), pues con esta anomalía no acopla bien la culata en el bloque, produciéndose fugas de compresión por esta unión, que implican un funcionamiento irregular del motor.

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