Técnicas del automóvil motores

6.7 VERIFICACION DE LA CULATA La culata de un motor está sometida en el funcionamiento del mismo a grandes temperaturas y elevadas presiones, que producen dilataciones importantes, seguidas de las correspondientes con­ tracciones al enfriarse el motor una vez parado. Como consecuencia de todo ello, pueden producirse deformaciones permanentes e incluso grietas, que dificultan el buen fiincionamiento del motor. Con anterioridad a cualquier verificación que deba realizarse en la culata, es necesario pro­ ceder a una esmerada limpieza de la misma. La carbonilla depositada en las cámaras de combus­ tión se rasca con una escobilla de alambres (Fig. 6.45) acoplada a un pequeño motor eléctrico (taladradora). Dicha carbonilla es producto del aceite que se hace llegar a a parte alta del cilin­ dro para su engrase, y se quema en la fase de combustión, quedando adherida a la superficie de la cámara, válvulas y cabeza del pistón. Con el tiempo va disminuyendo el volumen de la cáma­ ra, lo que a su vez puede ocasionar el incidente de autoencendido e incluso la detonación. Durante la fase de limpieza de la cámara de combustión, ha de ponerse sumo cuidado para que no se produzcan ralladuras de su superficie, pues los puntos salientes que se forman alcan­ zan temperaturas excesivas en la fase de combustión, que pueden ocasionar el autoencendido. Este sistema de limpieza asegura la desincrustación rápida de la superficie, al mismo tiempo que efectúa un pulido de la misma que dificulta posteriormente la adhesión de nuevas partículas de carbonilla. También deben ser limpiadas las cámaras de agua en la culata, valiéndose de un pe­ queño rasquete que pueda ser introducido en ellas por los orificios de comunicación con el blo­ que de cilindros. Figura 6.45 Figura 6.46 Igualmente debe limpiarse escrupulosamente el plano de la culata que acopla con el bloque de cilindros, quitando de él los restos pegados de la junta de culata. Existen productos en el mercado capaces de reblandecer estos restos, que después salen con facilidad rascando con una espátula de madera, de manera similar a como se realizó en el bloque de cilindros. En esta ope­ ración (Fig. 6.46) se pondrá especial cuidado de no rayar la superficie. Una vez limpia la culata, deberá efectuarse un perfecto lavado de la misma con petróleo y posteriormente con agua, secándola a continuación con aire a presión. A la limpieza seguirá una inspección, tratando de localizar deformaciones, grietas, o cualquier otro defecto. Especial aten­ ción merecen las cámaras de combustión y los conductos de acceso a ella (colectores de admi­ sión y escape), así como la superficie plana de unión al bloque de cilindros. Las grietas pueden ser detectadas con mayor facilidad vertiendo un poco de petróleo sobre la superficie sospechosa. Después de seco queda resaltada la grieta, si existe.

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