Técnicas del automóvil motores
por medio de una placa metálica 1 (Fig. 6.49), provista de la correspondiente junta de estan- queidad, que se fija a la culata 3 por mediación de tomillos alojados en los lugares previstos para la fijación al bloque motor (marcados con flechas en la figura). En un lugar apropiado, como puede ser el previsto para el montaje de algún accesorio que comunique con las cámaras de agua, se fija el grifo 4 conectado a una bomba manual capaz de suministrar una presión de aire de 3 a 4 bares, indicados por un manómetro acoplado a ella. Por el conducto 2 se hace lle gar agua a las cámaras a una temperatura aproximada de 80 “C. En estas condiciones, se aplica por el orificio 4 una presión de 3 a 4 bares y se observa la lectura del manómetro. Si la aguja permanece inmóvil es síntoma de buena estanqueidad. Por el contrario, si se observa una caída de presión al dejar de bombear aire, significa que existen fugas, que de otra parte pueden hacer se visibles por el agua que se pierde a su través. En este caso es necesario sustituir la culata. Junta Placa de cierre Figura 6.49 6.8 VERIFICACION DE LAS VALVULAS Las válvulas de un motor están sometidas a las altas temperaturas y presiones que se produ cen en la cámara de compresión. Las de escape han de soportar, además, la salida de parte de los gases aún ardiendo. Unas y otras son enfriadas por los gases frescos de la admisión y, por tanto, los choques térmicos que sufren son importantes. De otra parte, los movimientos de apertura y cierre, así como el golpeteo de la cabeza contra su asiento, pueden ser causa de deformaciones si la válvula no tiene la rigidez adecuada. El rozamiento del vástago en su guía produce desgaste de ambos y, en consecuencia, se hace necesaria una revisión adecuada de las válvulas cuando se desmonta un motor, seguida de la correspondiente reparación si procede. Uno cualquiera de los incidentes de las válvulas puede hacer que el cierre de la misma no sea hermético, lo que supone fugas de la compresión y falta de potencia del motor. Con el tiempo la válvula llega a quemarse. El desgaste de la guía y el vástago de válvula genera una holgura entre ambas que, cuando es excesiva, propicia el consumo de aceite. En la válvula de escape (Fig. 6.50, izquierda) la salida a gran velocidad de los gases quemados genera un vacío por detrás, que produce una aspiración de los vapores de aceite presentes en la cámara de balancines, que se filtran a través de la guía y el vástago, arrastrados por la corriente de los gases de escape. Este aceite es evacuado al exterior con los gases y es causante, en parte, del humo negro que sale por el tubo de escape. En la válvula de admisión, la holgura excesiva entre la guía y el vástago de válvula propicia la entrada de aceite a través de ellos al cilindro en el tiempo de admisión (derecha en la figura), cuando la aspiración es fuerte (sobre todo en las fases de retención del motor). Este aceite se quema en el cilindro y es causa de humos azulados en el escape. Los retenes de cola de válvula defectuosos agravan estas anomalías. Antes de proceder a las verificaciones necesarias, deberá efectuarse una limpieza esmerada, tanto de las válvulas como de sus asientos en la culata. Para ello se empleará el mismo procedi miento descrito en la operación de limpieza de la culata, cuidando de que no queden restos de carbonilla en ninguna zona.
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