Técnicas del automóvil motores

en la que los motoventiladores C y D son alimentados desde el relé temporizador B, el cual re­ cibe la señal eléctrica de activación desde el relé A y a través del termocontacto E. Cuando en la parada del motor la temperatura del líquido refrigerante sobrepasa un determinado valor (gene­ ralmente alrededor de los 107 °C), el termocontacto permite el paso de la corriente que le llega desde el borne 4 del relé, hasta el borne 2 del temporizador, el cual es activado y aplica una corriente eléctrica a los motoventiladores durante un determinado tiempo (generalmente alrede­ dor de 10 minutos), suficiente para enfriar el motor hasta valores adecuados. Este dispositivo solamente actúa en la parada del motor, dado que el relé de mando A permi­ te el paso de corriente directa desde su borne 3 al 4, y hacia el termocontacto y relé temporiza­ do, mientras se encuentre en posición de reposo, lo que ocurre cuando se corta el contacto en la parada del motor. Por el contrario, mientras el motor esté en marcha, al estar puesto el contacto este relé principal A es alimentado en su bobina por el borne 1, y al activarse abre los contactos 3 y 4 cortando la corriente hacia el termocontacto y el relé temporizado. Figura 8.39 8.9 MEZCLAS ANTICONGELANTES En tiempo frío, cuando las temperaturas ambiente descienden por debajo de O”C, hay riesgo de congelación del agua del sistema de refrigeración y, en este caso, como el agua al solidificar aumenta de volumen, la ftierza de expansión es suficiente para provocar la rotura tanto del ra­ diador, como del propio bloque de cilindros. La solución a este problema consiste en añadir al agua productos anticongelantes que rebajen notablemente el punto de congelación. Hasta la aparición de los circuitos de refrigeración sellados, el agua era el principal líquido empleado en la refrigeración, a la que se añadían productos anticongelantes en los períodos invernales. Pasada esta época, se procedía al vaciado del circuito para rellenarlo solamente con agua. Esta serie de cambios conllevan un riesgo de corrosión, no solamente del radiador, sino también de todo el circuito, que se subsana añadiendo al agua productos anticorrosivos. En la actualidad se emplean mezclas anticongelantes que pueden ser utilizadas en todo tiempo, que­ dando suprimidas de este modo las operaciones de vaciado y rellenado del circuito. El fenómeno de la corrosión es más fi'ecuente en radiadores de aluminio, mientras que en los de cobre es prácticamente nulo. No obstante, la composición del agua utilizada en la mezcla anticongelante tiene gran importancia, sobre todo por cuanto se refiere a la presencia de iones cloro en ella, que debe evitarse en lo posible. Un buen anticongelante debe mezclarse bien con el agua, circular libremente y no ser co­ rrosivo para no dañar los conductos de paso del circuito de refrigeración y sus componentes, ni crear depósitos calcáreos. Las mezclas de uso más común están constituidas a base de agua y glicerina (anticongelantes permanentes) y conservan sus propiedades durante largo tiempo, continuando siendo líquidos aún a las temperaturas de ebullición del agua. Variando oportu­ namente el porcentaje de glicerina se obtienen diversas temperaturas de congelación de la

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