Técnicas del automóvil motores

como se ha representado en la figura. Manteniendo el interruptor cerrado, aunque la bobina primaria forma campo magnético, no se induce f.e.m. en la secundaria, por no existir variación de flujo. El galvanómetro de la figura acusa paso de corriente solamente en los instantes de apertura y cierre del interruptor. Figura 11.20 De lo explicado hasta ahora se deduce que siempre que haya una variación del flujo que cor­ ta las espiras de una bobina, se induce en ésta una f e.m., que es tanto mayor cuanto más o sea y más rápida la variación de flujo. Si no hay variación de flujo (caso de interruptor cerrado todo el tiempo o abierto permanentemente) no se induce f e.m. alguna. El sentido de la f e.m. inducida depende del de variación del flujo, es decir, si éste varía de cero a máximo (cierre del interruptor) tiene un sentido, y si varía de máximo a cero (apertura), el opuesto. La ley de Lenz aplicada a este tipo de circuitos dice que el sentido de la f.e.m. inducida en el secundario es tal que tiende a hacer circular por éste una corriente, del sentido necesario para crear un flujo opuesto a la variación de flujo que se ha producido en el primario. Así, cuando el flujo del primario está aumentando, el producido por la corriente inducida en el secundario se opone a este aumento; por tanto, es de sentido contrario. Cuando el flujo del primario está dis­ minuyendo, el producido por la corriente inducida se opone a esta disminución; así pues, en este caso es del mismo sentido. Los efectos de la inducción electromagnética se manifiestan también en la propia bobina primaria. Cuando se hace pasar corriente e éctrica por ella, se forma el campo magnético, cuyas líneas de fiierza atraviesan también las espiras de la propia bobina primaria. Si cortamos ahora la corriente, desaparece el campo magnético y, como ha habido una variación de flujo, se induce f e.m., que se llama de autoinducción por producirse en la propia bobina primaria. Esta f e.m. de autoinducción va dirigida en el mismo sentido que la corriente que la origina, cuando la varia­ ción de flujo es de máximo a cero y en sentido contrario en el caso inverso. Por tanto, cuando se cierra el interruptor, aparece f e.m. de autoinducción en la bobina primaria, que se opone a la tensión del generador. Cuando se abre el interruptor, la f.e.m. de autoinducción se suma a la tensión del generador. La f e.m. de autoinducción de una bobina hace que la corriente no se establezca en el circuito tan rápidamente como cabe suponer, pues en el momento en que se cierra el interruptor, que es cuando hay variación de flujo, aparece en la bobina una f e.m. que se opone a la tensión aplica­ da a la bobina. Afortunadamente esta f.e.m. dura solamente lo que la variación de flujo, que es muy poco. Cuando ya está cerrado el interruptor y pasa corriente por la bobina, no hay variación de flujo y tampoco f.e.m. de autoinducción. Cuando se abre el interruptor no cesa la corriente de forma instantánea, sino que al haber va­ riación de flujo aparece en ese momento f e.m. de autoinducción, que se suma a la tensión del circuito y, por ello, cuando empiezan a separarse los contactos del interruptor (en el momento en que esa separación es mínima), los electrones, empujados ahora con más fiierza, saltan entre los contactos con lo que éstos se deterioran rápidamente.

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