Técnicas del automóvil motores

Conectado en paralelo con los contactos, como hemos dicho, cuando éstos se abren queda aplicada a él la tensión de autoinducción aparecida en el arrollamiento primario al cortarse la corriente. El primer impulso de corriente es absorbido por el condensador, que se carga hasta el mismo valor de la tensión de autoinducción, como muestra el tramo a de la gráfica de la figura. El tiempo transcurrido hasta finalizar la carga es suficiente para que los contactos del ruptor (que siguen abriéndose), se hayan separado de manera apreciable y ya no pueda saltar la chispa entre ellos, puesto que la tensión disruptiva de los contactos (que se van separando) es cada vez mayor que la tensión de autoinducción, que se encuentra aplicada tanto al condensador, como a los propios contactos del ruptor. Así pues, la corriente que saltaría de un contacto a otro en for­ ma de chispa es absorbida por el condensador. Durante el tiempo que dura la corriente de carga, los electrones van tomando posiciones en las armaduras del condensador y en su dieléctrico, entrando una cierta cantidad de electricidad, que queda condensada en el campo eléctrico. La energía puesta en juego por la corriente eléctri­ ca queda almacenada en el campo eléctrico en forma de electricidad estática. Un instante después, el condensador se descarga sobre el arrollamiento primario, en sentido contrario al de la carga (tramo b). Ello ocurre por existir una diferencia de potencial entre las placas, producida durante la carga. Cuando cesa esta corriente de descarga, aparece nuevamente autoinducción en el primario, que propicia una nueva corriente de carga del condensador, pero ahora, de sentido contrario al anterior (tramo c). Seguidamente se produce una nueva descarga, repitiéndose este ciclo hasta que la energía puesta en juego, que está siendo transferida desde el campo magnético de la bobina al eléctrico del condensador y viceversa, sea transformada en calor disipado en el circuito. La mayor parte de la energía almacenada en el campo magnético del arrollamiento prima­ rio está aplicada en la obtención de la chispa en la bujía y es transformada allí en calor, nece­ sario para inflamar la mezcla. Mediante el condensador se consigue, además, que el flujo en el primario desaparezca muy rápidamente al cortar la corriente primaria, lo que supone una tensión inducida en el secundario mucho más alta. La desaparición del campo magnético del primario dura exactamente lo que el condensador tarda en cargarse por primera vez a la ten­ sión de autoinducción (aproximadamente 300 V), lo que equivale a 0,1 milisegundo aproxi­ madamente. Antes de que se inicie la descarga del condensador, el secundario ha hecho saltar ya la primera chispa en la bujía. Si no se empleara el condensador en el circuito de encendido, el flujo del primario desapare­ cería unas veinte veces más lento, obteniéndose menor tensión en el secundario. Por otra parte, el salto de la chispa en los contactos del ruptor deteriora éstos rápidamente quedando al cabo de poco tiempo inservibles. No obstante, a pesar del empleo del condensador y sobre todo hasta regímenes inferiores a 3.000 r.p.m., la velocidad de levantamiento del martillo es tan pequeña que tiene lugar una débil formación de chispas, lo que supone una pérdida de energía de encen­ dido y un desgaste de los contactos. Distribuidor de encendido La alta tensión inducida en el secundario de la bobina de encendido ha de llegar hasta cada una de las bujías del motor, en las que saltará en forma de chispa. El distribuidor de encendido reparte, como su nombre indica, el impulso de alta tensión de encendido entre las diferentes bujías, siguiendo un orden determinado (orden de encendido) y en el instante preciso. Debido a la sincronización que debe llevar con el giro del motor, al igual que el ruptor, se montan ambos en una sola unidad de construcción. El cuerpo del distribuidor recibe por su parte superior una tapa de material aislante de aha calidad, en la que están labrados un borne central y tantos laterales como cilindros tiene el motor, espaciados regularmente. Sobre el eje que consti­ tuye la leva del ruptor se monta el rotor o dedo distribuidor, fabricado de un material aislante similar al de la tapa. En la parte superior del rotor se dispone una lámina metálica 2 (Fig. 11.26), contra la que está aplicado el carboncillo 5 presionado por el muelle 8, ambos alojados en la cara interna del borne central 6 de la tapa.

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