Técnicas del automóvil motores

vertida a masa por el transistor, liberando a los contactos del raptor de este paso de corriente, con lo cual sufren un desgaste mucho menor, alargándose su duración. Figura 13.1 La resistencia R1 ajusta la corriente de base al valor más conveniente (aproximadamente 1 A), de forma que sea suficiente para producir un efecto de autolimpieza en los contactos del ruptor, a los que solamente está aplicada la tensión de la batería y no ya la de autoinducción del arrollamiento primario, como ocurre en un encendido convencional. Cuando el transistor con­ duce, fluye a su través la corriente del primario de bobina (del orden de 10 a 15 A), formando el campo magnético correspondiente en la bobina. Cuando la leva separa los contactos del raptor, la base del transistor queda aislada de masa, con lo cual, el circuito emisor-colector deja de conducir, quedando cortada brascamente la co­ rriente primaria de bobina, induciéndose la alta tensión en el secundario. De esta manera, la co­ rriente primaria es cortada o establecida por los contactos del raptor, como en un circuito con­ vencional, pero con la diferencia de que aquí no pasa toda la corriente a través de estos contac­ tos. La autoinducción que aparece en el primario cuando se corta la corriente queda aplicada al emisor del transistor, pudiendo dañarlo e inutilizarlo, dada la sensibilidad del mismo a las sobre­ tensiones. Por este motivo suele montarse un diodo Zener en el emisor del transistor, como se verá más adelante. La resistencia R1 proporciona a la base, en el momento de corte de corriente, una tensión positiva con respecto al colector, consiguiéndose con ello que el transistor conecte con mayor rapidez. Los sistemas de encendido con ayuda electrónica presentan unas ventajas indudables frente a los convencionales. Los platinos, pese a la calidad de los materiales empleados, solamente per­ miten corrientes de hasta 5 A, como se ha dicho, sin que se acorte su vida considerablemente, mientras que los transistores son capaces de conmutar hasta 15 A sin problemas de duración, lo que supone una vida considerablemente más larga de los sistemas de encendido con ayuda electrónica. De otra parte, dado que el transistor puede conmutar corrientes elevadas, es suficiente con la utilización de pocas espiras en el devanado primario de la bobina de encendido, lo que implica una menor autoinducción en el instante de corte de la corriente primaria, con las ventajas que ello reporta. El flujo magnético creado en el arrollamiento primario puede mantenerse en el mismo valor, pues la disminución que supone la reducción del número de espiras es compensa­ da por el incremento de la corriente primaria. Con la reducción del número de espiras y el consiguiente descenso de la autoinducción se consigue alcanzar el valor máximo de la corriente primaria en un tiempo sensiblemente menor, cuando se cierran los contactos del raptor, pues la oposición que presenta la bobina (autoinduc­ ción) a establecerse la corriente primaria, es notablemente menor. La formación del campo

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